Tragedia en Jet Set: claves para encontrar el equilibrio emocional

Cuando el dolor se convierte en un eco que recorre calles, hogares y conversaciones, no estamos frente a una herida individual, sino a una experiencia compartida.

El duelo colectivo, ese que nos envuelve a todos después de una pérdida significativa como sociedad, tiene su propio ritmo, su propia voz… y también necesita su espacio para ser sentido, comprendido y sanado.

Angie Santana, psicóloga clínica especializada en psicología forense e intervención psicosocial, nos recuerda algo esencial: en tiempos difíciles, la humanidad se expresa en cómo sentimos y en cómo nos cuidamos unos a otros.

Vivimos momentos en los que el dolor no es solo individual, sino compartido.

Desde el 8 de abril, todos, de alguna forma, nos hemos visto afectados. Hemos sentido miedo, ansiedad, o tristeza. Y aunque a veces queramos evadir esas emociones, lo más sano que podemos hacer es reconocerlas, aceptarlas… y permitirnos sentir.

“Las emociones no son buenas ni malas”, explica Santana. “Son simplemente la expresión más auténtica de nuestra humanidad”. Sentir miedo o tristeza no nos hace débiles; al contrario, es parte de ser humanos.

“Por eso, si un día te invade la ansiedad o sientes que el miedo te limita, haz una pausa, siéntate, respira, busca compañía, habla. Porque sí, está bien sentirse así”, explica la doctora.

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Infografía

Una joven coloca globos blancos en memoria de las víctimas de la tragedia en el Jet Set la noche del lunes 14 de abril del 2025. (DIARIO LIBRE/SAMIL MATEO)

En un contexto de duelo colectivo, como el que hemos atravesado como comunidad tras la tragedia del Jet Set, o incluso la que vivimos hace unos años a nivel mundial con la crisis sanitaria, es normal que aparezcan sensaciones de impotencia y vulnerabilidad.

La terapeuta insiste en algo muy poderoso: “No te juzgues por lo que sientes. Al contrario, abraza tus emociones como una forma de cuidado personal”.

Buscar ayuda, compartir lo que estás viviendo, o simplemente darte un respiro, es una manera de honrar tu proceso y conectarte con los demás desde la empatía.

Además, comprender que este tipo de dolor compartido puede despertar antiguos duelos o traumas no resueltos, es clave para tratarnos con más compasión.

En tiempos donde el dolor se extiende más allá de lo individual, encontrar espacios seguros para sentir, hablar y sanar se vuelve fundamental.

Y aunque el camino no siempre sea fácil, saber que no estamos solos lo puede hacer más llevadero. Y esa puede convertirse en nuestra mayor fortaleza.  Sentir, compartir y acompañarnos es, al final, lo que nos hace verdaderamente humanos.

Calmar pensamientos intrusivos

La doctora Santana comparte algunas pautas que pueden ayudar a que la tristeza, el agobio y la ansiedad no arropen nuestra vida.

  1. Disminuye el tiempo que pasas en pantalla buscando información sobre la tragedia que ocurrió.

  2. Saca tiempo para nutrirte de pensamientos y mensajes que puedan alimentarte en otra vía.

  3. Toma un tiempo para respirar.

  4.  Conversa con tus seres queridos sobre esta situación u otras para drenar lo que sientes.

  5. Y, sobre todo, racionaliza los pensamientos negativos que puedan llegar a tu vida.

Fuente:

diariolibre.com

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