«¡Te compramos todo lo que sea viejo, lavadora vieja, abanico viejo, aire acondicionado viejo!». Cuántas veces el dominicano habrá escuchado esta expresión, proveniente de la bocina de una guagua cargada de trastos viejos en las calles de Santo Domingo.
El oficio de compradores de metales viejos lleva muchos años en las calles de la República Dominicana, y no parece que vaya a desaparecer. Este peculiar oficio, que muchas veces pasa de generación en generación, ayuda al reciclaje y a reducir la contaminación.
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Fuente:
diariolibre.com