La Iglesia católica utilizó el Sermón de las Siete Palabras de este año (2025) para llamar la atención sobre temas que inciden en la sociedad dominicana, como las precariedades en el sistema de salud, la inseguridad en las calles y la desigualdad social.
Como cada Viernes Santo, la Catedral Primada de América fue el escenario de reflexiones basadas en las últimas frases que Jesús pronunció en la cruz antes de morir.
Los “pecados ambientales”
La primera palabra estuvo a cargo del reverendo Roberto Martínez de los Santos, párroco de la Parroquia San Roque González de Sabana Perdida, Santo Domingo Norte, quien, con la frase “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, se pronunció sobre las problemáticas ambientales que afectan al país y al resto del mundo.
Martínez recordó que la República Dominicana tiene alta fragilidad ambiental, y que mantener el equilibrio del ecosistema para sostener la vida aquí “exige regular y frenar las actividades de gran impacto en los recursos naturales”.
“En nuestro país se deben transparentar los procesos económicos que impactan al medioambiente, de manera que se devuelva la confianza en dichos procesos, tarea que le corresponde al Estado y no a las empresas privadas que negocian con los recursos naturales. El Estado debe sentarse con las comunidades antes de que lleguen las empresas y buscar salidas no conflictivas con los comunitarios”, añadió.
Las debilidades del sector salud
El reverendo Nicolás Cuello Hernández, superior de los Canónigos Regulares de Letrán, continuó con la segunda reflexión, basada en la frase “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Durante su intervención, el religioso hizo referencia a las debilidades del sistema de salud dominicano. “Muchos dominicanos y dominicanas se desangran y pierden sus vidas porque no pueden ser atendidos en nuestros hospitales”, dijo.
Pese a que reconoció mejoras en el sistema nacional de salud, como el remozamiento de 38 emergencias de la nación, Cuello citó debilidades que, a su juicio, todavía persisten:
- Falta de avances en la implementación de la atención primaria
- Elevados costos en la atención y en los medicamentos, que afectan gravemente a las familias
- Baja inversión del PIB y ausencia de un sistema de monitoreo funcional
- Bajos salarios y sobrecarga de trabajo
- Déficit de personal
- Deficiencias de tipo institucional, estructural y logístico
- Infraestructuras hospitalarias en muy mal estado
“Ya no somos ciudadanos libres”
“Como María al pie de la cruz, la sociedad clama justicia, pero a menudo solo recibe silencio”, manifestó el reverendo Luis Sandy Cabrera Martínez, de la Parroquia Espíritu Santo de Villa Mella, durante la tercera palabra, basada en la frase “Mujer, ahí tienes a tu hijo… Ahí tienes a tu madre”.
El religioso se refirió al dolor que afecta a la sociedad dominicana ante la inseguridad ciudadana, “que crece sin control, se expande como una mancha de aceite que contamina cada rincón de nuestra convivencia”.
El reverendo culminó su mensaje instando a la población a “transformar el sufrimiento en fuerza, el miedo en valentía y la indignación en una voluntad firme de construir, juntos, un futuro más justo, más humano, más luminoso”.
RD y el modelo de “manejo temerario”
El reverendo Juan María Durán, de la Parroquia Corpus Christi, Vicaría Episcopal Territorial Este, pronunció la cuarta palabra, en la que relacionó la frase “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” con el sentimiento de abandono ante el incremento de víctimas por accidentes de tránsito.
“Vemos con alta preocupación cómo incrementa cada año el número de víctimas fatales por causa de accidentes de tránsito. Según el Observatorio Permanente de Seguridad Vial (Opsevi), solo en el año 2024 unas 3,114 personas perdieron la vida en accidentes de tránsito”, sostuvo Durán.
“Observamos la irresponsabilidad de una gran mayoría de ciudadanos que circulan por nuestras calles y avenidas conduciendo bajo los efectos del alcohol o de otras drogas, sin ningún tipo de reparación ni responsabilidad moral y civil, provocando muerte y dolor a toda la familia”, señaló.
El reverendo manifestó que esta “triste y oscura realidad” coloca al país como “uno de los más inseguros en materia de seguridad vial”. “Como sociedad debemos revisarnos, debemos hacer un alto en el camino e iniciar, con propósito, el camino para convertirnos en un país modelo”, indicó.
El desafío en las prisiones
“Rezamos por los jueces, fiscales y quienes dirigen la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales, para que no olviden que, al final de su existencia, Dios será su juez”, manifestó el reverendo Frank Luis de la Cruz Alcequiez, de la Parroquia Resurrección del Señor, Engombe, Herrera, Vicaría Episcopal Territorial Oeste.
De la Cruz estuvo a cargo de la quinta palabra, basada en la frase “Tengo sed”. Durante su intervención, sostuvo que la violación de los derechos humanos en las prisiones “provoca mayor marginación, exclusión y sufrimiento”.
Añadió: “Pienso en los presos que, privados de libertad, experimentan cada día —además de la dureza de la reclusión— el vacío afectivo, las restricciones impuestas y, en muchos casos, la falta de respeto”.
“Nuestros pueblos están sometidos a prácticas desiguales”
La sexta palabra estuvo a cargo de Carmen Dolores Ferrer, de la Congregación Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha. Sus pronunciamientos se basaron en la frase “Todo está consumado”. Ferrer denunció que existe exclusión de grandes sectores de la población, “considerados desechables o descartables, por no ser funcionales ni productivos a la lógica del sistema”.
“Nuestros pueblos están sometidos a prácticas económicas y financieras altamente desiguales, que favorecen el enriquecimiento ilícito de unos pocos a costa de la explotación de muchos, especialmente los trabajadores, los obreros, los campesinos”, señaló.
A su juicio, “todo quedará consumado cuando vivamos como hermanos, en igualdad y equidad, en derecho y respeto, cuando se hayan construido e implementado en nuestra vida cotidiana las señales del Reino… la paz, la justicia, la igualdad, la solidaridad”.
Violencia intrafamiliar: una emergencia nacional
Bárbara Suárez, coordinadora de la Pastoral Infantil de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Villa Duarte, cerró el Sermón de las Siete Palabras con una reflexión sobre la violencia intrafamiliar y los feminicidios, que “sacuden fuerte y vergonzosamente a la República Dominicana”.
“La situación de la violencia intrafamiliar y de los feminicidios es un problema social que debe ser declarado emergencia nacional por el impacto que tiene para nuestra sociedad, para nuestras familias”, dijo la franciscana.
Durante la séptima palabra, basada en la frase “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, Suárez manifestó que a la población le toca profundizar sobre el llamado “a ser instrumento de amor, imitar a Jesús, entregar nuestro espíritu a los designios de Dios, que mi familia sea sustentada en el amor de Dios”.
Fuente:
diariolibre.com